Libro 4 (final, al parecer)
Saga Cazadores de Sombras
Clary hizo un ruido de sorpresa, pero no protestó, ni siquiera cuando Jace la levantó y la llevó hasta la cama. Se repantingaron en ella juntos, aplastando algunas de las cartas y haciendo a un lado Jace la caja para hacerles espacio. Su corazón estaba martilleando contra el interior de sus costillas. Ellos nunca antes habían estado en una cama juntos de esta manera, no realmente… Había estado aquella noche en el cuarto de ella en Idris, pero ellos apenas se habían tocado. Jocelyn tenía cuidado de nunca dejarles a ninguno de ellos pasar la noche donde estuviera el otro. Ella no le tenía mucha simpatía, sospechaba Jace, y no podía culparla. Dudaba que a ella le hubiera caído muy bien, en su situación.
–Te quiero –susurró Clary.
Ella le había quitado su camisa, y sus dedos estaban recorriendo las cicatrices de su espalda, y la cicatriz con forma de estrella de su hombro que era gemela de la de ella propia, una reliquia del ángel cuya sangre ambos compartían.
–No quiero perderte jamás.
Él deslizó su mano sobre su mejilla, hasta su cuello, hasta los botones superiores de su blusa.
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—¿Cuántos otros? — preguntó Alec con tono aspero.
Magnus sacudió su cabeza.
—No los puedo contar y no importa. La única cosa que importa es lo que siento por ti.
—¿Más de doscientos? —Magnus estaba en blanco— ¿Trescientos?
—No puedo creer que estemos teniendo esta conversación ahora— dijo Magnus dirigiendose a nadie en particular.
—¿Por qué tantos? —Los ojos azules de Alec brillaban en la semioscuridad.
Era dificil decir si él estaba enojado - él no sonaba enojado, sólo muy tenso, pero Alec era una persona reprimida y quizás estaba más enojado que nunca.
—¿Te aburres rápido de la gente?
—Yo vivo por siempre —dijo Magnus reservado — Pero los demás no.
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" Entonces, te has divertido con Isabelle esta noche?" Clary, su teléfono se atoro en su oído, se maniobró con cuidado de una larga viga a otra. Las vigas estaban a seis metros de altura en el ático del instituto, donde estaba el cuarto de entrenamiento,caminando por las vigas aprendiendo a balancearse. Clary odiaba aquello. Su miedo a las alturas hizo que todo el asunto apestara a pesar de la cuerda flexible atada alrededor de su cintura que, como se suponía, le impedía golpearse con el suelo si ella caía.
"Le has hablado sobre Maya?".
Simón hizo un leve sonido sin comentario que Clary sabía que significaba "no".
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"Tener problemas de estrella de rock puede ser lo más cercano que llegues a ser de un verdadero rockstar."
"Nadie dijo que llamaras a tu banda Salacious Mold (molde jugoso) mi amigo".
"Somos Millennium Lint (Pelusa del Milenio) ahora." Protesto Simon
Clary se encogió de hombros. "Mira, sólo arregla esto antes de la boda. Si ambas creen que van a ir contigo y descubren en la boda que estas saliendo con las dos, te mataran." Ella Se puso de pie. "Y, Luego se arruinará la boda de mi madre, y ella te matara. Por lo que estarás muerto dos veces."
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Los ojos verdes de Jocelyn se suavizaron. "Me di cuenta de que no estaba aquí, Clary. Yo no sabía si te gustaría hablar de ello. "
"Quiero decir-prosiguió tenazmente Clary, ¿crees que hay algo Jace pueda hacer para que * Te guste?*"
"Sí", dijo Jocelyn. "Podría hacerte feliz." tocó suavemente la cara de Clary , y ella apretó la mano, sintiendo la presión sobre en su piel.
"Él me hace feliz", dijo Clary. "Pero no puede controlar todo en el mundo, mamá. Hay otras cosas que suceden " - ella buscaba a tientas las palabras, ¿cómo podía explicar que no era Jace quien la hacia infeliz, lo que le estaba pasando, pero sin revelar lo que era?
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“No te disculpes”. Sus palabras fueron algo barridas lo que le sorprendió. "Jocelyn no quiere que seas como yo. Y no la culpo por ello."
"Jace", dijo, un poco desconcertada por la amargura en su voz, "¿Estás bien?"
En lugar de responder, la besó, tirando de ella fuerte contra él. Su cuerpo estaba presionado contra la pared, el metal del frío del espejo estaba contra su espalda, sus manos se deslizaban alrededor de su cintura. Siempre amaba la forma en que la sostenía. Cuidadoso, pero no demasiado suave, no tan suave que sentía que estaba con mayor control del que ella tenía. Ninguno de ellos podía controlar cómo se sentían acerca del otro y a ella gustaba eso, le gustó la forma en que su corazón golpeaba contra el suyo, le gustó la forma en que murmuraba contra su boca cuando ella lo volvió a besar.
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Él alargó la mano más allá de ella antes de que ésta pudiera decir nada, y abrió de un tirón la puerta del ascensor.
"Te amo, Clary" dijo, sin mirarla. Estaba mirando la iglesia, las hileras de velas encendidas con el dorado reflejado en sus ojos. "Más de lo que jamás…" se interrumpió. "Dios… Probablemente más de lo que debería. Lo sabes, verdad?"
Ella salió del ascensor y se volvió para mirarlo a la cara. Había miles de cosas que quería decirle, pero él ya había apartado la mirada, pulsando el botón que llevaría el ascensor de nuevo a las plantas de arriba del Instituto. Ella empezó a protestar, pero el ascensor ya estaba en movimiento, con las puertas cerrándose después de eso mientras traqueteaba su camino de vuelta. Se cerraron con un chasquido seco y ella se quedó mirándolas durante un instante; el Ángel estaba pintado sobre su superficie, con las alas desplegadas, con sus ojos alzados. El Ángel estaba representado en todas las cosas.
Su voz hizo eco en la sala vacía con severidad cuando ella habló.
"Yo también te amo".
5 de Abril 2011
